Crazy Jerry.
Por Carlos Zerpa
Esta historia fue leída en su autobiografía, “The Real Frank Zappa Book, Autobiography”. No es invento mío.
Jerry había estado entrando y saliendo de instituciones mentales durante años. No parecía un fisiculturista, pero era muy fuerte. Podía doblar las cabillas, esas varillas de acero utilizadas para reforzar el concreto, colocándolas en la parte posterior de su cuello y tirando hacia adelante con los brazos. Como resultado, le habían brotado extraños bultos por todo el cuerpo. Jerry descubrió que amaba la electricidad y le encantaba recibir descargas eléctricas, ya lo habían arrestado varias veces, cuando lo habían descubierto en los patios de los vecinos, con la cabeza presionada contra el medidor eléctrico. Él y un amigo una vez saltaron sobre la cerca de la subestación eléctrica de Nichols Canyon para meter sus cabezas y presionarlas contra el generador eléctrico. El amigo casi muere electrocutado. Jerry escapó con el cabello chamuscado. Jerry quería ser músico, así que aprendió a tocar el piano usando un espejo. Le dijo a Zappa, que, al mirar sus manos en un espejo, colocadas "justo así", hacía que la distancia entre las teclas pareciera más pequeña, y era mucho más fácil aprender de esa manera. También en ese entonces, usaba un sombrero de metal, un colador de espaguetis invertido como casco, porque temía que la gente intentara leer su mente. Una mañana, Gail la esposa de Frank, se despertaron y encontraron a Crazy Jerry colgado de la rama de un árbol en el patio trasero de su casa, estaba colgado de las rodillas, como un murciélago, justo afuera de la ventana del dormitorio. No tenía dientes, por lo que le costaba hablar, pero en el transcurso de unas horas supieron lo que quería decir. Esa noche, en el sótano, Zappa hizo una grabación de la historia de su vida.
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