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martes, 4 de octubre de 2011

Bienvenido, Mr. Zappa

Bienvenido, Mr. Zappa

Los seguidores de la música electrónica tienen un nuevo e insospechado recinto para disfrutar de ella. El Auditorio Nacional busca un público más joven y se abre a la música actual con los Red Chair concerts

MIGUEL PÉREZ MARTÍN - Madrid

"Deberíamos escuchar música vieja una vez al año y los otros 364 días escuchar música de ahora", decía el compositor Karlheinz Stockhausen. En esa misma línea piensa Joan Cerveró, director musical del proyecto Veinte21 del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM). El martes llegará al Auditorio Nacional, a la batuta de la orquesta de este nuevo proyecto, para inaugurar el ciclo de conciertos bautizado como Red Chair concerts

"Nuestra música está en los márgenes del concierto de rock, la clásica y el jazz. El que busque líneas de contaminación entre estilos las va a tener, y el que busque nuevos colores y ritmos, también va a quedar satisfecho", dice Cerveró, también director del Laboratorio de Informática y Electrónica Musical. Precisamente de la electrónica, que hace del Auditorio su hogar con este concierto, es un férreo defensor el director. "Si el siglo XVIII fue el piano, el XIX la orquesta y el XX la percusión; el instrumento del siglo XXI es la música electrónica", explica.

La orquesta inaugura este ciclo con obras de transgresores: compositores que han superado los clichés de una música contemporánea que al público le cuesta asimilar. El menú lo forman piezas de Frank Zappa, Ravel, Boulez y Varèse. "Son heterodoxos, han estado en los límites y han encontrado un estilo propio en otras inspiraciones. El rockero Frank Zappa se integró en la clásica, Varèse fue el que incentivó el uso de la percusión como protagonista y Boulez elevó la música contemporánea a lo político y lo intelectual. Lo importante de este concierto es que lleva a lo cotidiano la música actual", explica Cerveró.

Además, se incluye un estreno absoluto para inaugurar el ciclo, una obra de Juan José Colomer encargo del CNDM bajo un evocador título: Semana Santa en Gomorra. "Es una antítesis desde su título. Su música lo que hace es llevar los ritmos de las marchas procesionales a una deformación. Es algo parecido a lo que hacía Goya con los grabados: ha creado un mundo diferente", explica el director.

Un valor añadido a este concierto es la proyección durante la interpretación de Déserts de Varèse de una videocreación firmada por el artista Bill Viola y que solo se puede ver en pequeños circuitos. "Varèse ya tenía pensado hacer una película, pero no pudo ser. Bill Viola recuperó esta idea para la Bienal de Venecia, y es una forma de acercar a la gente a través de la vista la música contemporánea, aprovechando que es el sentido que más desarrollado tenemos", explica.

Pero el gran invitado al templo de la música clásica española es Frank Zappa. Curioso, imaginativo y extravagante, la música del rockero debuta en la sala de Príncipe de Vergara. "Zappa es un personaje con un gran carisma, un revolucionario del rock. En vez de considerarlo como un género cerrado, quiso abrirlo a otras disciplinas", explica Cerveró sobre el músico cuya obra fue resucitada por Pierre Boulez con la London Symphony Orchestra. "Será un descubrimiento para muchos, y hemos decidido tocar el último disco que hizo antes de morir", cuenta el director.

De la dificultad que tiene la música contemporánea para calar en el gran público, Cerveró piensa que "es algo lógico". "Después de 500 años de tonalidad, cualquier cosa diferente causa perplejidad. Pero en principio la música no habla de cosas que están en nuestro entorno de manera realista. No creo que un cuarteto de Beethoven sea menos abstracto que esto", comenta el director.

Cerveró prefiere la denominación de música actual a la de música contemporánea porque "es la música de lo que está ocurriendo ahora". No tiene miedo al público, porque espera reencontrarse con aquellos espectadores "que buscan y no se limitan a encontrar, que son curiosos, tolerantes, críticos y que se hacen preguntas". "Este concierto va a demostrar que la música tiene aún mucho que comunicar. La música tiene que vivirse, amarse, odiarse... la música es la vida", concluye.

Joan Cervero